Si estás planeando empezar un nuevo negocio o tienes esa idea empresarial o comercial que quieres poner en marcha, seguramente te habrás preguntado por los primeros pasos que hay que dar. Iniciar un negocio o emprender una nueva actividad tiene siempre un componente excitante y hasta aventurero. Una faceta estimulante y plena de adrenalina emocional, que suele estar destinada a enfrentarse en sus primeras andanzas con uno de los más temibles aguafiestas de la sociedad… la burocracia. Vamos a ver aquí cómo acometer uno de los primeros y más importantes pasos a dar: las licencias de apertura. Qué son, cómo se tramitan, cuánto cuestan…
¿Qué es una licencia de apertura?
La licencia de apertura es un tipo de licencia municipal de carácter obligatorio, necesaria para que cualquier local, oficina o nave quede capacitada administrativamente de modo que pueda ejercerse una actividad comercial, industrial o del sector de servicios. Se trata de un documento en el que se acredita el cumplimiento de una serie de condiciones de habitabilidad y para el uso de la actividad designada.
Esta licencia de apertura es nominal y se concede al dueño del negocio para el que se solicita y para permitir el desarrollo de una actividad concreta y determinada. Esto significa que este tipo de licencia deberá ser renovada cada vez que se hagan cambios en el tipo de actividad que se desarrolla en el local. También se renovará cuando haya modificaciones significativas en el establecimiento, y siempre que cambien los propietarios de la empresa o negocio, como ocurre en el típico caso de un traspaso.
Cuáles son los requisitos en una licencia de apertura
Es muy importante tener claros los requisitos básicos que deberá cumplir un local en el que queramos desarrollar nuestra actividad. A la hora de decidirnos por un lugar en el que iniciar nuestro negocio debemos tener claro qué tipo de medidas debe cumplir, antes de cualquier otro planteamiento. Resumimos aquí las premisas básicas a tener en cuenta.
Las condiciones del local y el uso que le queremos dar deberán cumplir con la normativa urbana relativa a la integridad estructural del inmueble.
Deberán estar contempladas en el local todas las medidas antincendios en vigor. Esto implica especial atención a las rutas de salida en función del tamaño del local u oficina y su estructura.
Otro requisito a tener en cuenta es el relativo a la iluminación del local, ya que se especifica que ésta debe ser suficiente como para permitir un uso adecuado y completo de las instalaciones a aquellos que se encuentren dentro de ellas.
Las condiciones del local deben asegurar una adecuada ventilación de todo su espacio.
El local en cuestión deberá cumplir con todas las normativas de salubridad generales y las particulares que le atañan. Esto es especialmente importante para negocios que tengan relación de algún tipo con la industria alimentaria.
Como vemos, los requisitos mostrados podrían resumirse diciendo que las normas de seguridad y salud en vigor deberán ser cumplidas y garantizadas antes de poder abrir nuestro negocio.
Para certificar adecuadamente que se cumplen esta serie de requisitos, y así obtener la licencia de apertura, deberemos contratar a un especialista capacitado y habilitado para ello. Deberemos contar con profesionales especializados en seguridad e ingeniería civil que nos realicen ese informe técnico necesario.
¿Cuánto cuesta una licencia de apertura?
Hay que tener en cuenta que el coste de una licencia de apertura implica dos partes diferentes: el pago de las tasas correspondientes del Ayuntamiento y el coste del informe técnico que nos elaboren los profesionales capacitados para ello.
Las tasas del Ayuntamiento se suelen calcular para cada tipo de local en función de una serie de factores, como son el tipo de calificación comercial que tenga la calle en que se ubique, las dimensiones del local y el tipo de actividad para el que vamos a solicitar la apertura. Las tasas resultarán mayores si la calle se considera especialmente relevante en cuanto a actividad comercial y también pagaremos más, lógicamente, por locales más grandes. Este tipo de tasas varían en cada Ayuntamiento, y podemos encontrarnos con cantidades mínimas si lo solicitamos en un municipio pequeño o enfrentarnos a unos cientos de euros en ciudades mayores. Si nuestra actividad no se considera inocua y es calificada de otro modo, en función del grado de molestias o riesgos que puedan implicar, el precio de estas tasas subirá también.
El coste del necesario informe técnico, que habrá de ser realizado por profesionales capacitados, estará en función de su complejidad. Contar con una empresa con experiencia y variedad de profesionales cualificados en este ámbito será siempre una ventaja, incluso aunque pensemos que nuestras necesidades no revisten mucha complejidad. Estar bien asesorados y conocer bien, de antemano, a las problemáticas que podamos encontrarnos nos resultará de gran ayuda a la hora de iniciar un negocio sin que los trámites burocráticos nos resulten disuasorios.